Hoy un
compañero del instituto de física me hizo caer en cuenta que yo publico en este
blog cada año, y lamentablemente es cierto. Por eso me entraron las ganas de
escribir de nuevo, pero, ¿sobre qué?, pues bien, hay un tema sobre el cual
siempre he querido plasmar mis ideas, y aunque sé que este es un tema personal,
no le veo problema a compartir mi visión a los que les interese. El tema es “felicidad”.
¿Por qué
felicidad? Bueno, hace poco tiempo me vi obligado a sacar a alguien que me
importaba mucho de mi vida, cosa que no es fácil pero que me ha hecho pensar bastante,
reflexionar, leer y preguntarme muchas cosas, ha sido algo que me
imagino, muchas personas han vivido. Dentro de tantos pensamientos y
cuestionamientos que uno se hace está el de la felicidad, un tema que no es
para nada trivial y del que cada quién desarrolla un concepto propio. Aquí
hablo sobre el mío.
La felicidad
generalmente se entiende como estados temporales de alegría, regocijo,
satisfacción y demás sentimientos, pero para mí, no es una cuestión temporal,
es algo totalmente ligado a nuestra forma de vivir y de adaptarnos a nuestro
entorno que se tiene durante toda la vida y que va directamente ligada a las
motivaciones personales. Y sé que muchos dirán que esto parece sacado de un
libro de superación de Paulo Coelho o algo así, pero esto lo digo desde mi
propia experiencia (de hecho el único libro que alguna vez he leído sobre el
tema es El Alquimista), supongo que tengo esta concepción por la manera como he
vivido mi vida y por todas las oportunidades que he tenido desde pequeño,
porque he sido una persona muy afortunada desde siempre; supongo también que
esta forma de ver las cosas es producto de que crecí en un ambiente deportivo
en el que las motivaciones son la base de los logros alcanzados y por alcanzar.
Pero me voy
a explicar, para mí la felicidad es todos y cada uno de los momentos en los que
hacemos algo que gira en torno a esas motivaciones, porque no se trata solo de
conseguir una medalla o una distinción sino que es también todo el proceso
anterior a eso, obviamente la alegría se dispara cuando logramos algún objetivo
y esa felicidad estará presente en cada instante de nuestra vida. En mi caso
personal por ejemplo, dediqué casi todas mis tardes de once a entrenar en las
canchas de mi colegio porque quería ser campeón del departamento, era mi
motivación, y disfruté todas las tardes porque sabía que era bueno para mí y
que en algún momento se verían los resultados. El día que logramos ser
campeones ha sido uno de los más felices de mi vida y lo tengo presente siempre
porque me demostró que esa manera de pensar con respecto a la felicidad estaba
dando resultados y que hasta el día en que me muera voy a recordar esa bonita
etapa de mi vida. Fui feliz y lo seguí siendo, haciendo las cosas que se supone
debía hacer para alcanzar objetivos y hasta ahora me ha ido muy bien así.
Incluso creo que uno de mis mejores amigos adaptó esa forma de pensar y le está
yendo bastante bien (el gordo).
No todo es
así de simple, hay situaciones en las que entran a formar parte de la vida variables
que no se pueden tratar de una manera tan simple, por ejemplo nuestra respuesta
natural a los estímulos, los sentimientos, la inseguridades, las calamidades,
las reflexiones, el amor, los sueños, y muchas más, así que en esto hay que ser
muy cuidadoso, pues se puede errar al dejar ese tipo de cosas fuera del entorno
de nuestras motivaciones, en realidad, todo debe estar ahí, es importante modificar
los objetivos, ser más reflexivo, más comprensivo, cuestionarse más, adaptarse
al cambio, pero siempre teniendo en cuenta estos “ejes” principales que son las
motivaciones, así, pienso yo, se puede llegar a ser una persona feliz.
Creo que esa
manera de pensar me ha traído a donde estoy, y aunque sé que hay muchas cosas
que mejorar, siento que he logrado casi todas mis metas, soy feliz porque sé que aún tengo muchas por
cumplir y que lo que estoy haciendo día a día gira en torno a eso.
Espero
comentarios, sugerencias, ideas o lo que quieran decir respecto al tema.