Monday, June 23, 2014

La visita de Tomás

Ese día llegué a la oficina a las ocho de la mañana esperando dar las últimas firmas para la compra del local más grande que haría parte de nuestra empresa de ventas. A la entrada estaba la señora impaciente y cascarrabias que hace los mapas de capacidad económica de las personas con los que posicionamos nuestros puntos de venta en la ciudad. Por su actitud prepotente y fastidiosa la habría despedido hace rato si no es porque hace un excelente trabajo. Trabajamos toda la mañana en el proyecto y cuando terminamos de hacer los papeles me dijo: "Cuando llegué lo estaba esperando un tal Tomás, se me había olvidado decirle". Seguramente no lo dijo antes para no perder tiempo la muy egoista, y seguramente el pobre tipo ya se habría ido.


Cuando salimos de mi oficina, vimos a un señor durmiendo en la esquina desde donde se veía el solitario jardín del edificio, estaba durmiendo y tenía a su lado un maletín, de seguro venía a hablar de negocios. La insoportable señora me dijo que él era el tipo que me estaba esperando desde las ocho así que lo mínimo que podía hacer era atenderlo incluso en hora de almuerzo, además solo así me podría evitar la desgana de almorzar con esa señora.


Me le acerqué, lo desperté gentilmente y le dije: 

-Disculpe la demora señor, ¿desea hablar conmigo?-

El hombre sonrió y con una extraña tranquilidad me dijo:

-No se preocupe, no tenía nada más que hacer, ¿me podría acompañar para enseñarle mi trabajo?-

Le dije que sí inmediatamente ya que lo único que quería era deshacerme de la señora que ya empezaba a hacer gestos de incomodidad mientras yo hablaba con el hombre. Fuimos en mi auto al sector donde yo había pasado gran parte de mi infancia, hace mucho no pasaba por allá. En el camino le pregunté sobre sus negocios y sus intereses con mi compañía, él solo respondió que no tenía de qué preocuparme y que cuando llegaramos a su lugar de trabajo todas mis dudas serían resueltas.

Llegamos a una casa, una pequeña casa al frente de una concurrida avenida que acababan de remodelar, ¿por qué me habría traído a su casa?, me pareció muy extraño, pero no me generaba desconfianza porque se veía como una persona muy tranquila y con una mirada sincera. Entramos al supuesto lugar de trabajo donde empezó la conversación más extraña que he tenido en mi vida, en realidad, no fue una conversación pues me dediqué a escuchar sus palabras.

-Debe darle desconfianza que lo haya traído a mi casa, pero esto hace parte de mi trabajo, verá, mis labores consisten en entender el funcionamiento de su sociedad desde los más pequeños detalles, y éste hogar temporal es mi lugar de trabajo pues desde la ventana analizo esos pequeños detalles, de hecho mis pensamientos no tienen inspiración alguna hasta que salgo por la ventana del altillo a ver lo que hacen ustedes, en ese momento mi mente nada sobre un mar de ideas que vienen de buscar respuestas a lo que veo-

Tomé asiento para escuchar lo que tenía que decir, quizás era un loco pero por lo menos era un loco educado que hablaba bien. Seguía hablando el viejo Tomás.

-Yo vengo de otro lugar, todo es muy diferente allá, podría decirse que en ese lugar todo es muy ordenado y centrado, se hace lo que se tiene que hacer cuando se tiene que hacer y el aprendizaje se da de manera organizada y activa. En torno a la organización social que nos rige, giran los comportamientos colectivos de nuestra sociedad, aunque allá no hay más opción que seguirla pues de no hacerlo violaríamos el orden de la sensatez social propuesta y perfeccionada por nuestros antecesores.
Nos deshicimos de la pobreza y las enfermedades a base de rutinas de alimentación perfectas que seguimos como consecuencia de nuestra organizada y enajenada mente. No se nos permiten las respuestas primitivas que van desde los sentimientos de ira y frustración hasta las pequeñas manifestaciones de rebelión y anarquía, ni siquiera es necesario pensar en ello porque se supone que lo tenemos todo aunque irónicamente, no tenemos nada. Verás, todos allá sueñan lo mismo, los sentimientos son menospreciados, los trabajos son impuestos y los ratos libres siempre se usan para algo productivo, somos seres inteligentes que entendemos el funcionamiento del mundo, pero no tenemos la capacidad de admirar, soñar y sentir de la manera como lo hacen ustedes, son demasiado interesantes a nuestro parecer-

Mientras seguía hablando, subió al pequeño altillo desde donde exploraba los movimientos cotidianos de los que cruzaban la calle, para él era fascinante ver las pequeñas acciones y comportamientos de las personas en situaciones común y corrientes como caminar por una acera. Desde allí me seguía contando sobre la fascinación que tenía por nuestra sociedad, que a mí personalmente me parecía una sociedad carente de aspectos fascinantes. Supuse que podría ser un trabajador de inteligencia de algún sector financiero o que simplemente estaba loco de remate.

Era muy raro escucharlo hablar, porque tenía razón en todo lo que decía pero hablaba como si él no fuera un ser igual a los que describía con sus palabras. Me decía por ejemplo que del lugar de donde venía no se desarrollan los miedos ni la ansiedad, cosas que acá veía en todos nosotros, pero que aún así admiran el extraño orden que hay detrás del caos de nuestras civilizaciones, que es por eso que quieren estar acá estudiándonos, porque no deja de fascinarles.

-Ustedes son muy primitivos y eso les hace impredecibles, por ejemplo las cosas que suceden cuando están en guerra es una de las cosas que más fascinación nos produce. Desde sus primeras civilizaciones, se han aniquilado entre sí en innumerables lugares buscando la consecución de lo que ustedes llaman "poder". Si bien cada vez son diferentes los medios por los cuales se producen los conflictos y sus instrumentos de guerra son cada vez más sofisticados, el fin último de sus enfrentamientos sigue siendo el poder y los intereses personales de aquellos que ya han conseguido alguna fracción de poder. Quizás no lo creas, pero eso no sucede en una sociedad como la mía, la gente no busca ferozmente conseguir el poder, aún trato de decifrar porqué.-

Lo último que dijo me pareció demasiado extraño, ¿por qué hablaba en general de la humanidad? ¿no se consideraba un ser humano? o es que definitivamente ¿era un loco charlatán?

Tomó una ligera pausa y perdió su mirada entre los transeúntes, tras un fuerte suspiro volvió su mirada hacia mí y me dijo:

-Me llueven las ideas cuando veo las cosas que hacen, me encanta mi tiempo acá, excepto por los reportes que debo entregar, de hecho tengo que irme a dar mi reporte diario, espérame un rato y te cuento más cosas que he notado, si quieres descansa desde la silla del altillo en la que hago mis reflexiones, quizás entiendas mejor las cosas que te he dicho si miras atentamente a tu al rededor, vuelvo en diez minutos-

Subí al pequeño e improvisado altillo del que hablaba y empecé a mirar hacia el otro lado de la calle que era un lugar muy concurrido pues iba hacia la plazoleta municipal y ese día empezaba una feria musical. Noté cosas que no había notado antes porque observé detenidamente a cada persona que pasaba por allí. Los que iban a prisa siempre tenían las manos tensas y su mirada estaba fija en el camino, eran en su mayoría adultos jovenes como yo, se veían nerviosos y apurados. Por otro lado, los que caminaban lento movían suavemente sus manos y tocaban las barandas o muros con sus dedos en una deseable tranquilidad que yo no tenía cuando caminaba por la calle, eran en su mayoría ancianos y para mi sorpresa también niños, supuse que la inocencia de los niños y la experiencia de los viejos les daba esa extraña tranquilidad. -Nunca me había puesto a analizar lo que hace la gente cuando camina- pensé.

Volvió el extraño Tomás, quien sonrió al verme en el altillo y apuntó con su dedo indice a la parte oscura del mismo para mostrarme algo, el se quedó abajo mientras yo exploraba en ese sitio pues de seguro encontraría algo que me interesaría, y así fue, pues cuando encendí la lámpara pude ver algunos cuadros que seguramente él había pintado.

Eran siete cuadros, y todos eran muy parecidos, de hecho no pude distinguir diferencias hasta que me acerqué y los miré de cerca, sin embargo no los entendía y me pareció que le faltaba imaginación si pretendía venderlas o por lo menos decorar su propio recinto, a nadie le gusta tener cuadros iguales por toda la casa, pensé yo.

Dijo que llevaba seis años pintándolos y que estaba a punto de terminar el último pues solo le faltaba un detalle, con esto cumpliría con su trabajo en este lugar. En los cuadros siempre estaba el mismo personaje, en diferentes posiciones y sujetando diversos artículos que de seguro significaban algo. Bajamos de nuevo a la sala y trajo del altillo un octavo cuadro que yo no había visto, era el mismo hombre con una mirada más amistosa y una calma que se percibía apenas se miraba su rostro, al hombre lo acompañaba un perro que esperaba instrucciones de alguien en quien confía totalmente.


El señor Tomás me entregó un pincel y me pidió que pusiera mi nombre en el cuadro, con lo que estaría terminado. No entendía porqué quería que lo hiciera, ¿qué tenía yo que ver en esas pinturas? Sin embargo lo hice y no hice muchas preguntas, desde que entré a ese lugar me dediqué a escucharlo y hacer lo que me pidiera ya que me estaba intrigando todo lo que tenía por decirme.

Ya eran las cuatro de la tarde y yo no había almorzado así que decidí marcharme de manera muy cordial, mi estadía allí había sido fascinante pues este hombre me había mostrado cosas de la sociedad en la que yo vivía de una manera muy objetiva y cierta.


Cuando me fui a despedir de este sujeto especial, sucedió algo que jamás me habría imaginado, el hombre sostuvo mi mano con fuerza y tras hacer una venia me dijo -Fue un placer haberlo conocido finalmente en persona-, yo solo sonreí y le dije que el gusto había sido mío.

Esa noche recordé todas sus palabras mientras los detalles de cada uno de sus cuadros iban teniendo sentido en mi cabeza, desde el primer cuadro hasta el séptimo se fue explicando perfectamente cada objeto que sostenía el personaje, su rostro, su expresión corporal, su vestimenta, todas y cada una de las particularidades de los cuadros habían sido descritas a la perfección por las palabras del señor Tomás. Salí de la cama y dibujé la secuencia que describían los primeros siete cuadros que ahora entendía perfectamente, el octavo no lo había logrado entender aún.  

El personaje de los cuadros era yo, lo que me dejó completamente sorprendido y me produjo un cierto temor hacia él, ahora entendía porqué me dijo que pusiera mi nombre en el último cuadro, pero ¿por qué habría de pintar sobre mí?. ¿Por qué hasta ahora me doy cuenta? ¿Qué tengo yo de especial para que este hombre basara sus estudios de la sociedad en mi vida? Estuve despierto toda la noche pensando en lo que había sucedido ese día.

Al día siguiente busqué al señor Tomás en su casa, no fue difícil llegar pues yo ya conocía el camino desde mi infancia. A mi sorpresa, el señor Tomás se había ido, había pagado el alquiler de la casa y se había marchado sin dejar ninguna información de su próxima parada. Mi mente no dejaba de extrañarse de lo que había sucedido así que llamé a la oficina y les dije que estaba indispuesto para trabajar, volví a casa a organizar mi cabeza. Cuando volví, encontré una caja en la puerta de mi casa que acababa de llegar por correo. ¿Podría ser lo que pienso que es?, pues bien, sí lo era y eso me llenó de alegría, abrí la caja y saqué el octavo cuadro que yo mismo había firmado. 


Desde entonces contemplo el octavo cuadro que podría ser la proyección de mi futuro en esta sociedad, o quizás tiene algo que ver con el viejo Tomás, espero que sea lo primero pues el hombre del cuadro se ve como alguien que logró lo que quería lograr en la vida, su mirada es fuerte y segura, es la mirada de alguien que había logrado vencer la ansiedad y los miedos de los que tanto habló el viejo Tomás, un gran maestro que solo en un día me enseñó lo que normalmente se logra aprender en toda una vida.










Thursday, June 5, 2014

The meaning of Strength

I was asked about strength the other day, and I replied without any type of considerations or further thoughts, but then I gave the idea some time to see what I could get. Here's what I concluded:

Human beings are quite selfish and that makes life a place where the fight for personal interests destroys complete fairness and reasonableness. You evidence it in every sense of life such as politics, power, friendship, fame, war, success and relationships. So in order to succeed in a world like that, you must "be strong" and learn from the struggle.

But, how do you do that?. I believe that priceless teachings always come to you, you take them or leave them but they always show up!, those lessons are always telling you to be tough and stronger every time you are beaten up, and you do that by taking the risk of quitting your so-called comfort zone. So for me, the meaning of strength has to do with embracing the tough work that is mandatory in taking risks that will probably threat your "easy" or "comfort" zone. Every time you are challenged is the time when you have to take those risks, even better if you try to figure your odds.

I can always reminisce a single phrase that reminds me of the amazing things you can get when you take risks, the coach shouted really loud to the whole team that Jon Stacy "got it done" when he, one of the rookies of the Varsity basketball team literally got it done by taking his own risks and scoring the most important points of the game that gave us the victory.
So, knowing the meaning of strength is an important part of this whole issue we call life because when you know what strength means, at least you know what you are supposed to do and it could guide you in the right direction.

So, whether you are tough of not, search for your own concept of strength because that's the only way to profile yourself into eventually being strong.

La tragedia de Kobe

Me dieron ganas de compartir lo que he sentido desde que sucedió esta terrible tragedia, probablemente muchos de mis amigos y conocidos es...