Todos tienen algún talento o cualidad pero sobretodo alguna virtud, algunos tienen pocas, algunos tienen muchas, pero ¿ha pensado en lo importante que son las virtudes para su vida?.
A mi parecer es muy importante trabajarlas y crecer con ellas porque se supone que las virtudes están por encima de los defectos, y van estrechamente ligadas a la consecución de algún ideal ¿o nó?.
Muchos desconocen sus virtudes y a muchos otros no les interesa hacerlas crecer, sin embargo las virtudes también se pueden crear, como lo hacen aquellos que no son virtuosos en algún aspecto de su vida pero trabajan incansablemente para lograr serlo, esas personas que crean virtudes a partir de la nada y las trabajan hasta convertirse en personas dignas de admirar. Por ejemplo aquel que no sabe trabajar en equipo y a partir de mucho esfuerzo y dedicación logra desarrollar y adaptar su mente para tomar decisiones correctas en momentos adecuados.
Pero en la mayoría de los casos, las virtudes ya están, yo le aconsejo que mire cuales son sus virtudes y las haga crecer, aproveche que tiene algo a su favor y busque la grandeza en ello. Recuerdo que hace unos días una mujer hermosa me dijo que no le gustaba su boca, yo supongo que no se ha dado cuenta que gracias a su boca logran resaltar muchas de sus virtudes cuando sonrie, incluso cuando no lo hace.
Seguramente usted admira a alguien por sus virtudes pero créame que esas virtudes no crecieron solas, usted admira a esa persona por haber logrado aprovecharlas y haber conseguido esa grandeza que muchos idealizan. Desarrollar las virtudes no es una tarea fácil pero el que lo hace logra lo que muchos quieren y no pueden, lo que muchos añoran pero nunca consiguen, desarrollar las virtudes saca lo mejor de nosotros pues empezamos un paso adelante.
La gran mayoría no aprovecha sus virtudes y no trabaja para hacerlas crecer, es el típico hombre mediocre que se conforma con lo que se le ha dado y no consigue progreso en su vida. De todas formas, y afortunadamente para ellos, las virtudes casi siempre se arraigan, nunca se van; a algunos se les nota toda la vida, y hagan lo que hagan, tienen la fortuna de contar con ellas. A algunos conformistas se les ve alguna sombra de talento en cosas como la empatía que manejan o algún talento especial que sobresale en actividades diarias, pero nunca llegaron a la grandeza que ellos mismos llegaron a idealizar en algún momento.
Si usted tiene alguna virtud, no la desperdicie, y si no la ha encontrado, búsquela, porque conformistas y mediocres hay muchos, grandes y dignos de admirar hay pocos.
A mi parecer es muy importante trabajarlas y crecer con ellas porque se supone que las virtudes están por encima de los defectos, y van estrechamente ligadas a la consecución de algún ideal ¿o nó?.
Muchos desconocen sus virtudes y a muchos otros no les interesa hacerlas crecer, sin embargo las virtudes también se pueden crear, como lo hacen aquellos que no son virtuosos en algún aspecto de su vida pero trabajan incansablemente para lograr serlo, esas personas que crean virtudes a partir de la nada y las trabajan hasta convertirse en personas dignas de admirar. Por ejemplo aquel que no sabe trabajar en equipo y a partir de mucho esfuerzo y dedicación logra desarrollar y adaptar su mente para tomar decisiones correctas en momentos adecuados.
Pero en la mayoría de los casos, las virtudes ya están, yo le aconsejo que mire cuales son sus virtudes y las haga crecer, aproveche que tiene algo a su favor y busque la grandeza en ello. Recuerdo que hace unos días una mujer hermosa me dijo que no le gustaba su boca, yo supongo que no se ha dado cuenta que gracias a su boca logran resaltar muchas de sus virtudes cuando sonrie, incluso cuando no lo hace.
Seguramente usted admira a alguien por sus virtudes pero créame que esas virtudes no crecieron solas, usted admira a esa persona por haber logrado aprovecharlas y haber conseguido esa grandeza que muchos idealizan. Desarrollar las virtudes no es una tarea fácil pero el que lo hace logra lo que muchos quieren y no pueden, lo que muchos añoran pero nunca consiguen, desarrollar las virtudes saca lo mejor de nosotros pues empezamos un paso adelante.
La gran mayoría no aprovecha sus virtudes y no trabaja para hacerlas crecer, es el típico hombre mediocre que se conforma con lo que se le ha dado y no consigue progreso en su vida. De todas formas, y afortunadamente para ellos, las virtudes casi siempre se arraigan, nunca se van; a algunos se les nota toda la vida, y hagan lo que hagan, tienen la fortuna de contar con ellas. A algunos conformistas se les ve alguna sombra de talento en cosas como la empatía que manejan o algún talento especial que sobresale en actividades diarias, pero nunca llegaron a la grandeza que ellos mismos llegaron a idealizar en algún momento.
Si usted tiene alguna virtud, no la desperdicie, y si no la ha encontrado, búsquela, porque conformistas y mediocres hay muchos, grandes y dignos de admirar hay pocos.